02 El mundo Co

28.11.2013

Las cooperativas: un modelo empresarial de presente y de futuro

Ramon Bastida

Actualmente, en Cataluña hay 4.130 cooperativas y un 15% de la población está vinculada a estas empresas: 38.000 puestos de trabajo directos, 42.000 socios en cooperativas de servicios, 100.000 agricultores vinculados a cooperativas agrarias y alrededor de un millón de personas socias de cooperativas de consumo. Las empresas de economía cooperativa facturan unos 4.000 millones de euros al año. Estos datos demuestran que las cooperativas tienen un peso específico importante en la economía y en la sociedad.

Las cooperativas tienen unas características específicas que las sitúan en una posición a medio camino entre las entidades sin ánimo de lucro y las sociedades mercantiles. Están formadas por personas que se asocian para la realización de actividades empresariales, encaminadas a satisfacer sus necesidades y sus aspiraciones económicas y sociales. Como cualquier otra empresa, buscan obtener un beneficio o una plusvalía a consecuencia de su actividad, pero se diferencian de las sociedades mercantiles en que desarrollan su actividad sobre la base de los principios cooperativos. Estos principios son los pilares que preservan los valores cooperativos y establecen las normas de funcionamiento de las cooperativas.

Una de las características fundamentales de las cooperativas es que cada socio tiene un voto, independientemente de cuál sea su participación en el capital social. Las cooperativas son organizaciones gestionadas democráticamente por sus socios, que participan activamente en la fijación de las políticas de actuación y la toma de decisiones. Por ello los socios, que muchas veces también son trabajadores, se sienten más involucrados y motivados por conseguir los objetivos que ellos mismos han fijado, y participan en los procesos de innovación y desarrollo de nuevos productos y servicios.

Las cooperativas están abiertas a todas las personas que puedan aportar su trabajo o utilizar los productos y servicios de la cooperativa, y que estén dispuestas a aceptar la responsabilidad de ser socias. Esto hace que sean más permeables que otros tipos de sociedades y puedan incorporar fácilmente todas aquellas personas que pueden colaborar en la consecución de los objetivos. Por otro lado, los socios también pueden solicitar la baja voluntaria en caso de que dejen de desarrollar la actividad que los unía a la cooperativa.

Otra característica que se identifica con el sector cooperativo es el compromiso con la educación, la formación y la promoción de los valores cooperativos, y con la comunidad que la rodea. En este sentido, las cooperativas dedican una parte de sus beneficios a actividades relacionadas con la educación y la formación de sus socios, trabajadores y personas relacionadas para que puedan contribuir al desarrollo del movimiento cooperativo de una forma eficaz. Este tipo de actividades implantadas desde el origen del cooperativismo potencian el carácter socialmente responsable de estas empresas.

Durante los últimos años se ha producido un incremento en la creación de cooperativas en Cataluña, que han pasado de las 113 registradas en el año 2011 a las 147 en 2012. Hasta el mes de agosto de este año se habían constituido 91 nuevas cooperativas. Estos datos demuestran que se siguen creando cooperativas y que este modelo empresarial mixto que promueve la obtención de beneficios, aunque aplicando valores de responsabilidad social, es un modelo de presente y de futuro.

Ramon Bastida

Ramon Bastida

Profesor de la Barcelona School of Management y miembro de la Fundación Roca i Galès

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